Redacción: Artesanos de Panamá
No fue hasta la mitad del Siglo XIX que se tiene conocimiento de la aparición del refrigerador que mantenía el agua fría y era capaz de hacer hielo artificial. Su inventor fue el norteamericano Jacob Perkins.
Tanto las tinajas como cualquier taza o vasija son fabricadas de barro de arcilla porosa y fue por siglos, incluso milenios, utilizada para refrescar el agua hasta 10 grados centígrados por debajo de la temperatura ambiente.
Las vasijas de barro las hay de diferentes formas, todas estas elaboradas en nuestro país. Tinajas de diferentes tamaños, cantaritos tipo Mexicanos, tazas de arcilla, jarras de arcilla para agua, ollas de barro, entre otros.
Pero pensemos en los factores por las cuales el agua se enfría, el primero sin duda es el tipo de arcilla, la temperatura con que se cocina la vasija, las condiciones del ambiente e incluso la forma de la vasija.
La arcilla con la que se producen las vasijas no es más que pequeños granos de tierra que han erosionado de las rocas, que al mezclarse con el agua forman una masa moldeable. Mientras está cruda se le puede dar forma, pero una vez se lleve al horno pierde el agua y se convierte en una pieza sólida y no moldeable.
Si el barro se cocinara a temperaturas superiores a los mil grados, se funden los pequeños granos y se tapan los poros haciendo las paredes impermeables, pero si se cocina por debajo de los mil grados se mantendrán poros microscópicos por los que, al llenar la vasija, le filtrará una pequeña cantidad de agua.
¿Porqué para cumplir con los efectos de mantener frescos los alimentos es preferible cocinar el barro por debajo de los mil grados? Hay una explicación científica para ello. Si la finalidad de comprar piezas de barro es conservar los alimentos frescos, deben elegir piezas de arcilla que suden una vez se le incorpore agua.
La explicación científica es que las moléculas del agua en el interior de las vasijas chocan entre sí, lo que provoca que se escapen alguna de ellas fuera de la superficie, de esa manera se crea una nube de vapor de agua que se va a mantener en la superficie. Cada vez que una molécula escapa es porque se ha calentado producto de los choques con las demás moléculas, esas moléculas más calientes son las que escaparán dejando en el interior solo las más frías. Cuando escapan tantas moléculas como se reincorporan, se produce un equilibrio y la temperatura del agua se mantendrá constante.
Toda la superficie de la vasija de barro se humedece o suda, una parte de ella se evapora y al hacerlo roba calor al agua líquida de la superficie. Así entonces mientras la vasija tenga líquido no dejará de sudar, de esa manera, la superficie de la vasija al tener contacto con las corrientes de aire se irá enfriando y robando calor al agua contenida en el interior.
Hay otros factores que influyen como la humedad en el ambiente, en estos casos funcionan mejor ambientes secos que ambientes con elevada humedad.
Es necesario saber que, si adquiere cualquier vasija de barro y suda, esto demuestra la buena calidad del material y un trabajo artesanal conocedor. Contrario a una venta de producto defectuoso y totalmente opuesto a un deficiente trabajo tras su confección. Por motivos explicados anteriormente, no se recomienda usar productos para revestir los poros dado que afectan el proceso de enfriamiento de la pieza de barro.
Ventajas de las vasijas de barro
- El agua se mantiene a una temperatura fresca y no fría como la de la refrigeradora lo que permite que no nos cause daño a nuestra garganta al momento de consumirla.
- Baja el consumo de energía. Son más las veces que abrimos la refrigeradora para tomar agua, lo que crea un aumento en el consumo eléctrico, mientras que mantenerla en una tinaja permite tomar agua fresca sin abrir la nevera.
- Las tinajas no son herméticas, por lo que facilita la evaporación de los químicos presentes en el agua del grifo.
- Bajamos el consumo de las botellas plásticas, por lo que reducimos el efecto de gas invernadero al producir las botellas y además se disminuye la contaminación por residuos.
En Artesanos de Panamá, nuestros maestros artesanos detrás de las piezas de arcilla cuentan con más de 30 años de experiencia elaborando piezas que se mantienen en el tiempo y que siguen preservando, además, la tradición del agua en tinaja.
Fuente:
Azael Ramírez Ríos. Químico panameño
Cienciaes.com
Maika Ávila. Cadenaser.com
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